Después
de las vacaciones de verano y de las largas jornadas bajo el sol y
junto a la playa o la piscina, es habitual que muchas personas
descubran que le han aparecido manchas en su piel o que algún lunar
ha aumentado de tamaño.
Y eso puede resultar especialmente
peligroso, por lo que esos aspectos requieren un análisis y un
seguimiento exhaustivo.
En ese
sentido, una buena alternativa es decantarse por la llamada
dermatoscopia digital, que es una nueva técnica ideal para controlar
los lunares y el cáncer de piel. Se desarrolla mediante la
tecnología Fotofinder ATBM, que toma imágenes de los citados
lunares y de las manchas, tanto a nivel clínico como dermatoscópico.
Entre
media hora y una hora dura la sesión de esta nueva técnica, que
primero procede a realizar un mapeo del cuerpo de la persona en
cuestión a través de instantáneas automatizadas y que luego,
acomete la toma de otras dermatoscópicas para analizar en
profundidad esas “marcas” de la piel citadas.